Betty Crocker lanza un nuevo producto: Cookie Cake Integrales. No es una galleta común ni una torta tradicional, sino una combinación única que da como resultado una galleta con textura de torta. Esta innovación de la marca iba dirigida hacia los niños.
Dar a conocer y posicionar este producto en el mercado sin generar confusión entre los consumidores. La categoría no existía en la mente del consumidor, lo que resultaba un desafío para su compra. ¿Cómo lograr que la gente entendiera y deseara un producto que no encajaba en las definiciones tradicionales?
Se apostó por una estrategia lúdica y visualmente impactante, con ilustraciones llamativas y un mensaje claro: "No son tortas, no son galletas, son Cookie Cake Integrales." La campaña fue un éxito, logrando posicionar el producto y generando recordación en la audiencia.