Las redes sociales de Camel enfrentaban una restricción clave: las leyes del país prohibían la publicidad explícita de cigarrillos, lo que limitaba la comunicación directa de la marca en digital.
¿Cómo mantener la presencia y conexión con su audiencia sin mencionar el producto? La estrategia debía ser creativa, evitando cualquier promoción directa y enfocándose en algo más grande que el cigarro en sí.
Se transformó la comunicación en una experiencia de lifestyle, creando contenido dinámico que invitaba a eventos alineados con el espíritu de la marca. Así, Camel logró mantener su relevancia sin infringir las regulaciones.